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Nuestras costumbres y tradiciones son importantes porque conservan nuestras raíces culturales, además de que fomentan la convivencia social y nos proporcioann ratos de diversión en cierta forma, la danza de los "moros", es una danza llena de color, alegría y diversión, es una representación entretenida para el observador gracias a la historia que nos cuenta conforme transcurre la danza.

Según el portal del Estado de Veracruz, la danza fue introducida entre la población indígena a raíz de la conquista española en México; y se explica que es una crónica de las batallas entre los árabes y los españoles en su afán por reconquistar su autonomía. Mencionan que su representación más antigua corresponde a la España Medieval y en México hace su primera aparición en 1538 y se generaliza en los siglos XVII y XVIII. Resulta interesante porque de acuerdo con el portal, esta danza se difunde con la finalidad de cristianizar a las danzas guerreras de los indígenas, portando el símbolo de la Santa Cruz.

Ahora bien, el hecho de introducir esta danza a los indígenas, nos da una idea de las estrategias que utilizaron los españoles para lograr su cometido y no, no resulta sorprendente el hehco de usar la religión para cristianizar a la población nativa de todo México a la religión de los españoles.

De acuerdo al sitio web de  wikimexico, la danza de los tecuanes es una de las danzas más populares y recurrentes del país; la versión de Mexicaltzingo es de excelente calidad. Se tienen sólo dos días para admirarla en todo su esplendor, el 2 de enero con motivo de la celebración del Dulce Nombre de Jesús; y el 21 de septiembre, que es la fiesta patronal en honor a San Mateo. Tambén se explica como de acuerdo con los investigadores, esta danza inició su representación en Mexicaltzingo -situado en la parte meridional del valle de Toluca- entre 1810 y 1855, sin embargo, su origen data del siglo XII y gira en torno al enfrentamiento que tuvieron los españoles cristianos contra los árabes, quienes los dominaron por casi ocho siglos. Justamente nos cuentan que este evento de carácter teatral, en el cual la discusión que tienen los capitanes de ambos bandos se enfoca a resolver cuál de sus respectivos dioses es superior al otro. La danza termina con la rendición de los moros, quienes reconocen la supremacía del dios cristiano, nos comparten en este artículo. También resaltan que este bailable jugó un papel trascendental durante la época virreinal y después de ayudar a la evangelización, pasó a formar parte importante de las festividades indígenas. La vestimenta de los danzantes atrapa los sentidos por su gran colorido: capas de terciopelo con flecos negros para los moros, y rojos para los cristianos; bordados de lentejuela y zapatos con polainas o espuelas. Máscaras de piel oscura y rosada con bigotes y barbas rubias, sumadas a los turbantes de seda y cascos con espejos y flores de papel, complementan los atuendos, nos explican. La música de viento y la "lucha encarnizada" que realizan los bandos chocando rítmicamente los machetes que cargan para la batalla, electrizan hasta el final, recalca el portal.

Una característica de esta danza es su ritmo musical, y los sonidos que se producuen al chocar los machetes de los danzantes, la historia y la vestimenta hacen a esta danza única y fascinante de contemplar